La mujer en IRAN

Dios nos creó con la virtud de no saber cuándo será la última vez. La última vez que abrazamos a una persona, la última vez que nos dan un consejo, la última bailada, las últimas risas; la importancia de la última vez es un valor agregado a nuestras vidas.

Si supiéramos cuando es la última vez, nos esperaríamos hasta el último segundo para decir lo que sentimos, para apreciar lo que tenemos, para ser mejores, para dar sin recibir o para hablar con sinceridad, por eso nos dieron el regalo de la incertidumbre.

Porque con ella podemos amar sin saber lo que pasará mañana, sentir cada segundo, apreciar cada sonrisa, reírnos hasta que duela el estómago y resguardar nuestro agradecimiento en el velo de un posible mañana.

Related Articles

Responses