La Mariquita.

El matriarcado del prado
Ha recibido visita
Ha venido su vecina
Una amable mariquita

Las alas de color mate
Una de ellas fracturada
Con la sonrisa morada
Producto de algún embate

¿Qué te pasa? ¿Qué te ocurre?
Cuéntanos, ¿Qué necesitas?
Pues tu cara es un poema
¡Habla! Tratemos el tema
Desahoga tus espitas
Mientras las mentes concurren

Solicito acogimiento
Peticionó formalmente
Debo de dejar mi prado
Las arañas se han cebado
Me atacan continuamente

Y les ayudan las ranas
Ávidas de devorar
Con su enorme paladar
Y lenguas de filigranas

Pero… ¿por qué te molestan?
Acaso no son conscientes
De tu importancia vital
Contribución esencial
Porque sin ti el prado apesta.

Debe ser por mis colores
Mis lunares azabaches
La forma en que me desplazo
Va provocando escozores
Y pretenden que me agache
Con látigos de sargazos.

¿O tal vez? es porque vuelo
Y eso les puede irritar
Cada instante recordar
Que sus pies anquilosados
En barro están enterrados
Y para siempre en el suelo.

¡Quédate en este paraje!
Verás que este prado entiende
Y que con alma defiende
La importancia del mensaje
De contar con tu bagaje
De vivir con tu presencia
De aprovechar tu experiencia
¡Ven!, agrégate al pasaje

Y tranquila toma el vuelo
Pues lejos de sentir celos
Cuando carezcas de viento
Volarás con nuestro aliento.

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