La constancia

LA CONSTANCIA

La constancia esa constante, inconstante en mis pestañas,
en mi ventana, las frases, en cada calle una casa,
los deseos innegables, la ilusión guardada a secas,
en un baúl para viajes, que compré y que tengo a medias,
«repletito» de desastres. Sé que hoy, me acostaré tarde,
Si no me levanto mañana, es que cerebro y pupilas,
serán al fin liberadas, de esta cárcel que es tan física,
cómo un pecado del alma, de esta sensación tan lívida,
tan serena, tan pálida, gris, tan parca,
de ser feliz un segundo,
y al siguiente no ser nada.

Poema de anochecer, de tarde de no creer,
De tierra, de rojos terrones, de sombra, de amor con sed,
murciélago del mañana, revoloteas sin son,
sentido de la audición, variable vida macabra,
próxima reencarnación, la haré en pobre vividor,
bebedor fui esta y mi espada, está templada mi voz,
rocín, bacina y la barba, que hoy recuerdo peina canas,
mil cañas, mil ya pasó, ilusión en lontananza.

Así recuerdo ahora mismo, mis tres primeras palabras,
Y lo sé que en mi ecuación, nunca solución, la calma;
No he despejado mis dudas, pero a ello aposté mi alma
Que nunca creí tener, y siempre me importó nada,
“Trenecito” corazón, hecho de sangre marrón,
De arena, de seca arcilla, ajada está mi rendija, vieja,
sin crecer, canija, y siempre vivió la prisa,
dentro de este corazón, pregunta, siguiente renglón,
responderé, nunca avisa, prende, se escurre y derrama,
explota granado en rama, o cubierto de hojas secas,
tengo aún tres o cuatro letras, que quisiera descubrir,
mi constante entonces es decidir, sentir, ser vida;
aún a sabiendas que es mía, la siguiente página extinta,
bocados de este verano que ya pronto se marchita.

¡ Que placer escribir tarde, en la calle, poca luz ¡
Y volver al ataúd, pensando que fue la dicha,
Novia de uno un día, compañera, fiel amiga,
Como del mar son las olas, estos momentos a solas
Lo que uno necesita, y lo constante los días, el olvido, alguna risa,
Conversaciones mañanas, tardes, encuentros, bondad y cuitas,

Y por último dejando algunas,
Los besos y las caricias, las nueve y cuarto hoy y la prisa,

Y mi eterna letanía de ahogar mis penas en ruinas…de ver y sentir la brisa,
de no oir nunca que agoniza, inspiras y expiras mi vida.

Sobre la poesía diré, soy de la poesía diré.

Alejandro Bravo Bernal.

Related Articles

Responses