INSPIRADO EN MI GRAN AMOR
Aquella tarde te vi sentada,
en la cascada de aguas turquesas
y cristalinas en donde te bese,
en esos momentos sentí unas
ganas inmensas de estrecharte en
mis brazos, como aquella noche
estrellada donde te entregue
mi alma y mi corazón.
María victoria, mujer eterna de
entrañables ojos grises y de una
encantadora sonrisa, no sabes
cuanto daría nuevamente por besar
esos labios carnosos y tocar tu
cuerpo sin desnudarte.
Vivirás en mis pensamientos, mi bella
María Victoria.
Responses