Huracán

Huracán que recompone. Que llega con una fuerza imperiosa para dejar todo en calma. Y te devuelve a sensaciones antes arrinconadas.

Un huracán que mueve los cimientos que creías agrietados. Y los vuelve fuertes, resistentes a la tempestad.

Un huracán que revive. Con la cordura abrumadora que sólo conocen los dementes. Con la locura de la que sólo disponen los sensatos.

Un huracán que restablece los deseos y revuelve las ganas. Recordándote que estás viva. Cómo siempre, pero más que nunca.

Un huracán que arrasa con los miedos. Y en lugar de destruir, construye. Que resuena el alma y te vibra el cuerpo.

Un huracán que asusta. Pero que te da armas para enfrentarte la batalla más temible. Que empodera y tiene magia. Pero no necesita trucos.

Un huracán que entra en tu casa. Y que quieres que se quede. Con las puertas abiertas pero rezando a cualquier dios para que no se marche.

Un huracán tan abismático como el mar. Y tan inmenso como el cielo. Pero que cabe en un corazón a pedacitos y en un alma que empieza a soldar.

Mi huracán balsámico. Mi huracán loco. Mi huracán valiente. En el que quiero ser. En el que quiero estar.

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