Hospital

Hospital

(Homenaje a mis pasos por el Cruce y el Evita)

Suenan mis pasos
Estoy sonámbula
Aún estoy cuerda
Aunque parezca imbécil.

Mi profesora me juzga de idiota
Cree qué soy pasiva
Pero en realidad poco me importa su opinión.

Soy un ángel de blanco
Sueño con ser reconocida.
Escribo poesía cuando ella no me ve.
Aún soy normal.
Aún soy normal.

Mamá no lo sabe
Cada día es una batalla
Ahora con mis voces en la cabeza
Ahora con mis sombras en las pupilas
Y los ojos rojos de diabolos.

Era normal
Era normal.
Era bella
Pero jamás fui feliz
Tuve que matar mi imaginación
Tuve que matar mi mundo
E intente incendiar mi casa.
Pensé un día, voy a cargar el arma y volarme los sesos.
Pensé, me colgaré de una viga y esperare el silencio.

Aquí, nadie habla
Y yo, tengo fantasías suicidas
Y alguna vez lo haré.

Muero cada vez qué despierto
No quiero ver la realidad
No quiero respirar
No quiero despertar.

Mamá, no sonríe
No soy una mujer entera.
No soy una Emergencia total.
No soy una Enfermera
Apenas soy una bobalicona.
Tenía qué orar todo el día
Pero odiaba a Dios
Lo odiaba
Pero debia orar
Maldición
Qué porquería y fastidio vivir
No me importa
Ni comer, beber o cagar.
No me interesa vivir

Qué desperdicio sólo aguantar para dar vida a la misma mierda…

Psiquiátrico
Me vi viva
Intentar morir no es tan facil
Como fornicar.
Incluso, asi, uno siempre encuentra un psicópata.
Y casi siempre, termina la mujer golpeada.

¡Auch! ¡Auch!

Las sombras de los padres
Son Fascistas.
Y yo creía ver en mi mamita la misma cara de Biekerneston.
Yo tenía pensado volverme calva
Y pitar, fumar para no volverme loca.

Tuve que beber el Whisky
¡Ah! Me drogué con Psicotropicos.
Ayer, tuve una sobredosis.
¿Y a quién carajo le importó?

Le dije a mi hermano: si me tomó todas las pastillas, moriré rápido.
Soy como un tren rápido.
Y soy más loca que cualquier mariquita.

Papy, ni un consejo
Estuve muerta el día de conmemoración
Recuerdo haberme cortado las venas.
Y las Cervezas, y las cervezas qué sirven.

Solía pedirle a Dios por mi salvación.
¡Ah, Ah, Ah!
Solía rezar para matarte a ti también.

Me quitaron el corazón y lo pusieron en una caja
Me violaron una tarde enfrente de una ventana.
Y sin importar; cuantas veces supliqué.
A los demás solo le interesaba cuanto aguantaria sin quejarme.

Y dije con voz de puta: si, adelante.
— Y mi adiestrador, soltó una carcajada.
Todos estábamos epilépticos.

Pero Papy, y Mamy, ya no me incumben mis tareas.
Estaba borracha cuando llegó mi periodo.
— Y el azote, de las gracias, con el aparato fonador.
Y mis cartas de Naipes, y mi magia.
«Creí haber oído a un Dios loco pensando en matar. »
No sabe lo que es, el pensar.
— No sabe lo qué es el idolatrar.—
No sabe lo qué es la gracia
Y los putos de los enclenques
Y la segunda oportunidad de la gracia.
Y la segunda oportunidad de la oración.
Y la segunda oportunidad de la oración.
La gracia y el pasado de la destrucción.
¡Yo, era gloriosa, como tú!
—¡Y, ante tantos brujos, aprendí brujería. —
Aprendí a matar también.
Y ante todos, yo era un Belseen.
—Con mi lengua Latina, podría haber sido una ególatra.—
Una rata, Papá, estoy en el puto psiquiátrico…

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