Ganas de vivir
Mirada dulce de asesino,
cara redonda de niño,
el gato está tranquilo,
se está sacando brillo,
y el ratón mata el tiempo
tras un trocito de queso,
anda ágil de cojones,
sólo se le ven los dientes.
Nota el buen olor lejano,
se relame los bigotes,
otros tantos están igual,
oliendo bien y comiendo mal,
les pueden las ganas, sin más,
y se lanzan a la aventura,
a pesar de la espesura,
sin pensar en su bravura,
se arriesgan a ser engullidos,
ahogados en su saliva,
malheridos por sus garras,
a trozos en su garganta,
a librarse de las heridas,
a encontrar la salida.
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