Fluidos

Estoy besando el vaso,
tal vez sea el último trago,
puede que no haya un mañana,
no nos haremos daño,
mi lengua te satisface,
y me emborracho de placer,
mi saliva se funde
en tu ardiente fuego,
tu envolvente perfume
atraviesa mi cerebro.
No sé qué es el tiempo,
no hay distancia, hay unidad,
somos un único cuerpo,
frágil, sin grietas ni fisuras,
nosotros somos el mundo.
El ardor va creciendo,
todo mi cuerpo lo siente,
y me empiezo a encontrar mejor,
el uno al otro agarrados,
en mi mano, a tu sombra.
El ahora de esta copa
no perdura, se agota.

Poema recitado

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