Escuchando tus versos

Llenas mi atardecer con tus versos
que me llevan a ese otro lugar
donde la magia envuelve
cada sonido de tu voz al recitar.

Cada pedacito de mi piel erizada
con el roce del viento.
El tiempo aquí parece eterno
y vuelvo a tu lado,
para mirarte, para hablarte bajito,
y sonreír al simple hecho
de tenerte conmigo.

Mientras tanto,
voy quedando atrapada
en tus ojos carceleros
y me encadeno a ellos,
para no volver cuando de nuevo
sople el viento,
asustando la magia,
que hizo eterno nuestro tiempo.

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