Esa mañana

Salí una mañana fría,
el campo verde no se veía,
respiré y cerré los ojos,
amé ese día de otoño

Al mirar a lo lejos,
la niebla todo cubría,
sentí como el freco corría,
sentí una mañana fría.

El sol se empezaba a asomar
y el calor a sentir,
ver el lago destellar
fue un regalo sin pedir

La niebla se despejaba,
los montes aparecían,
tenía que volver dentro,
pero nunca lo olvidaría.

Natalia Sepúlveda Vélez 411

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