Equilibrio

En la madriguera hay algo que duerme
la siesta, silueta que se viste
de ángel. Cuando despierta puede verme

entre el público, comiendo el alpiste
agrio que me prepara la rutina.
Para ella, claro está, no es más que un chiste

pero su actuación es más que divina:
siempre intenta buscar el punto medio
entre los versos de clase más fina

y los acordes que uso de remedio
fugaz para evitar la burocracia.
Ella logró encadenar al tedio.

Aún no sé cómo darle las gracias

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