Encontrarte.

Podría haber sido un manto extenso
de blanca y pura nieve fría
y la tierra que arropó
donde surge la vida.
O quizás el aire labriego y húmedo
que riegue las flores de tu patio
el viento cálido
de una tarde de primavera.
Ya me gustaría ser tu aire
el que respiras por donde caminas
la brisa suave
que te susurra sin prisa.
Sueño que soy los sueños que sueñas
vestidos de amapolas blancas
que engalonan el patio de tu casa
en los otoños que me piensas.
Vivo fuerte y alto por si te encuentro
y tengo que llevarte
lejos de horizontes vacíos
hacia dehesas de eternas tardes.
Y duermo cada noche pensando
en qué materia debo transformarme
para poder acariciar tu pelo
para poder sentirte y amarte.
Voy a cerrar los ojos
que en el cielo las estrellas bailen
y si tengo suerte mañana
me encontraré a mí para encontrarte.

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