EN QUIEBRA

Aquella dama vestida de negro,
vino rasgo todo lo que tenía,
y se perdió en noche serena,
a aunque lo que tenía no era mucho,
aun extraño mi corazón.

Somos la alegría que nos dan,
pero ya no tengo nada,
y es encontrar una fuente,
y también acercarse lentamente
y encontrarla vacía.

Es ver como el rio se lleva,
la hoja que solo era papel,
y es ver llorar al niño,
mientras corre tras de él.

Es verter las palabras en el vino,
y beberlo como un amor dañino,
es dejar la mano suelta en noches de estío,
en estas noches largas de hastió.

Somos muchos los que tenemos tan poco,
como cadena que condena,
a la más poderosa fiera,
que te quita la vida de manera desmedida.

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