En la morgue

Tener que abrir los ojos y verte ahí desparramada, como un pedazo de carne y huesos, con tus ojos aún hinchados de lágrimas, tener que respirar el óxido y no el perfume noble que te echabas, tener que ver la grasa, los músculos, los tendones, los cartílagos rosados, tener que verte irte lejos de mi y la gente que no sabe la maldita rabia, la misma rabia con que me han maltratado, con la que te han maltratado, y con esa misma rabia estoy dispuesto a todo. Voy a matar a mis enemigos.

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