Empacando una Despedida

Yo lo dejé partir con una maleta en la mano,
empaque en silencio las pertenecias de un adiós,
el llanto en mis mejillas se había secado,

fría y sin ánimo de despedidas,
desposité en su maleta todo lo que de él había amado:
un pedazo de ilusión, una sonrisa y algunos besos de verano,

le devolví, entre ropa sucia, algunos tristes regalos:
el reproche de su voz, las mentiras y el engaño,

la ironía como adorno se la llevó en sus labios,
las palabras del silencio las cogió en su bolso de mano,

luego, un beso triste me separó del que yo había amado,
con pesada carga se marchó, jamás … he vuelto a encontrarlo.

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