EL JUGUETE ROTO

Así es como me siento, porque en eso me he convertido o me han convertido.

Sin darme cuenta estaban jugando conmigo a un juego, que me ha costado la vida.

Porque vuelvo a ser aquella sombra que ya nada le importa, nada le interesa y por nada lucha, solo por una supervivencia, por día a día marcado de dolor, de lágrimas, de llanto, donde la voz es un pequeño hilo que sale de un minúsculo cuerpo.

Un cuerpo que tiembla por una herida que no deja de sangrar, que no tiene ganas de vivir, que ya no puede luchar más.

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