El humilde Ángel
Ya anochecía ese dia, por la tarde de domingo,
en su puesto descansaba, nuestro amigo Ángel, tranquilo.
No fue un buen dia, pues poco había vendido.
A su família mantenia, solo vendiendo higos.
A su casa ahora se dirigía, a prepararse para el nuevo día,
tenía que abastecerse para lo que después se venía.
Triste pero esperanzado, Ángel tomó su camino,
y sin uno darse cuenta, este, ya se había ido
Responses