El humilde Ángel

Ya anochecía ese dia, por la tarde de domingo,
en su puesto descansaba, nuestro amigo Ángel, tranquilo.

No fue un buen dia, pues poco había vendido.
A su família mantenia, solo vendiendo higos.

A su casa ahora se dirigía, a prepararse para el nuevo día,
tenía que abastecerse para lo que después se venía.
Triste pero esperanzado, Ángel tomó su camino,
y sin uno darse cuenta, este, ya se había ido

Related Articles

Angel

Con tus alas extendidas Ángel de melancolía tapas el fulgor del sol congelando mi agonía. Y bajo esa triste sombra se consume mi existir recordándome…

Responses