El día de Reyes…
El día de Reyes…
Quien no quisiera viajar a ese día,
si no recordara mi alma en agonía.
¡Gritos escandalosos
de mujeres y niños que corrrian!
¡Maldito día!
Y perdona mi letra entrometida,
¿pero que alegria había?
Si rayando el ocaso del día,
aquello en silencio yacía.
Los dulces a la espera que con Baltasar venian,
quedaron en la esquina, con tu alma mujer buena y valiente vecina.
Y que digo…
Mujer buena, mujer virtuosa, valiente guerrera.
Salvaste dos claveles, para luego alzar tu vuelo,
donde el Altísimo te tiene a su vera.
Dos claveles que sacaste de las gigantes ruedas,
frenando así, más dolor y tragedia.
De dos inocentes, que por tu valor encendemos hoy una vela.
Más, profundos y sollozos suspiros dejaste en los tuyos,
como si fuera un verdugo ver la calle que te dio tránsito al Paraíso seguro.
Heroína y recordada, mujer esposa y amada, madre y abuela;
Que en tus alas llevas, un hasta pronto
como al despertar el centinela.
Y ese día de Reyes, ¿que celebráis?
populachos desohnestos.
No veis que aún quedáis debiendo,
pues no podéis pagar el dolor.
Pues el dolor se queda dentro.
¡Ni tú Melchor, peor Gaspar!
Ni que decir de Baltasar.
Que ni alzarte la mirada quiero,
al verte pasar.
¡Maldito día!
Y perdona mi letra entrometida,
¿pero que alegría había?
Si rayando el ocaso del día,
aquello en silencio yacía.
El día de Reyes…
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