El Árbol de Agosto.

El feroz árbol está completamente deshojado, producto del terrible otoño y a mitad del cruento invierno
La tempestad infernal de estas grises nubes parecen quemar y secar estás raíces
Los continuos tropiezos de un árbol que no puede avanzar, derrumban toda gana de buscar humedad
Es que el agua corre por mi rededor pero no puedo tomarla, los deseos de beberla desaparecen como la caridad a los desprotegidos
No es que no tenga sed, simplemente me estoy volviendo un cactus…
Hoy no son tiempos de sequía, sin embargo una parte de mí se siente desierta
Deshacíendome de todas mis hojas me siento desprotegido, limitado de afecciones que creía imprescindible; me he dado cuenta que no.
Mi tortuosa necesidad de agua la he podido calmar con la que brota de mis pupilas, es salada y tibia como si se tratara de una taza a la cual confundieron y endulzaron con sal, o tal vez agua de un trópico hermoso intento imaginar, también con eso me esperanzo esperando ansioso la primavera intentando pensar en nuevas hojas que traeran así sombra y calma a estás raíces tan dañadas, que si bien no durarán para siempre, ayudarán apaciguar está cruel soledad necesaria.

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