Dulce Azucena

No me pidas que despierte,
pues si despierto posiblemente no estés ahí,
despertaré y me preguntaré a mi,
quien sería esa mujer de bellos ojos con la que hable,
y minutos después, abrumado por la rutina y el estrés,
olvidarte en el fino velo del recuerdo de un sueño,
esperando inconsciente verte de nuevo,
con la esperanza de que al despertar
ver tus ojos iluminado la bella mañana
con ese color amanecer de tu ser.

T´zunum

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