Dios, padre bueno

No entiendo por qué has creado el mundo así, lleno de envidias y rencores, ¿dónde está Cristo? Yo creía que me cuidaba, pero todo a mi alrededor se desmorona, llegaron las señales del final y aún así estoy condenado, de nada sirvo, deberías haberme puesto una soga en el cuello y una piedra amarrada a ella y me hubieras lanzado al mar, que haberme dejado existir. ¿Qué puedo hacer?,

-«apacienta mis ovejas».

¿Qué hicimos nosotros los hombres para que este mundo se desmorone a nuestros pies? Yo creo en tu palabra, pero me siento condenado, yo ni siquiera sabía lo que me estaba pasando, ahora ya no hay tiempo para nada, todo es mi culpa, ojalá pudiera descansar en paz.

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