Después de ti (II)

Este álamo viejo
maltratado por el temporal
no da la sombra que necesito
su silueta en la tierra es débil
y se esparce por el terreno.
El sol entra fácil a calentar el camino
ese en el que yo te persigo.
No es fácil estar aquí
vacío en medio de la nada
cansado y solo
bajo una sombra débil.
Pero no desisto, seguimos fuertes.

Pudiera buscar otra sombra
pero este fue siempre mi árbol.
En él me refugié durante la tormenta,
y no está muerto del todo,
su tronco sigue fuerte y vigoroso
amarrado al subsuelo.
Será cuestión de paciencia
volver a ver frondosa su copa.
Y entonces
vivir de nuevo en su frescura.

No tengo prisa
el golpe de sol no es eterno
nada en esta vida lo es
tan solo los recuerdos
y el amor sincero.
Paciencia y tiempo.

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