Desayuno

Suena el maldito despertador,
y todavía no ha salido el Sol.
Cierta ilusión golpea mi corazón,
perezoso y remolón.
Me levanto tiritando y
rápido de ropa me cambio.
¡Qué bien que llega el desayuno!
Chocolate caliente y churros.
Miro por la ventana. Llueve.
Me voy a comer el mundo.
Hace frío, yo a lo mío seguro.
La jornada ha comenzado,
y yo por mi camino ando.
A la vida muy abrazado,
y a pesar de todo, ilusionado.

Related Articles

Responses