De la locura

Cincelar los huesos de la memoria a un
atardecer sombrío,
contar los años que pasan por encima de
los cerezos en flor,
rebuscar entre nombres y caras para dar
con un recuerdo exacto de mil
amaneceres.

Siento que pierdo el tiempo aferrándome
nuevamente a las sombras del pasado
pero no soy capaz de salir de este
laberinto de pieles y ojos.

Y, mientras entumecida la mano tengo
de buscar entre plantas salvajes un deseo
de infancia,
toco mi rostro pálido en el espejo y no
reconozco a la mujer que habita hoy en él.

Related Articles

Responses