Cuando quiero respirarte.
Puede que no te respire
excepto cuando subo a mi memoria,
que no transite tus paisajes,
ni me deslumbren tus amaneceres,
excepto cuando, en la noche,
se encienda tu recuerdo en silencio
y ciegue de luz mis tristes pupilas.
Puede que no vea tu verde
y el azul que me arropa
sea distinto, más pesado.
Puede que mis torpes pasos
dejen la huella equivocada,
excepto cuando escribo
lo mucho que te echo en falta.
Entonces creo el escenario preciso
el mundo a mi imagen y semejanza
entre letras maltrechas
tristes y desfiguradas palabras.
Los versos que yo escribo
están vestidos de esperanza
por ver si algún día camino
por la senda que tú me abras.
Por saber si es cierto
que tu boca es más dulce al alba.
Por descubrir el verdadero verde
el azul ligero que viste tus mañanas.
En los versos que yo escribo
respiro aliviado y en calma
dibujo el mundo que quiero
volando con mis alas
hasta el lugar donde se encuentra
mi corazón escondido en tu alma.
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