Cuando no queden voces

BENITO MORENO SARMIENTO

Registro de Propiedad Intelectual N° 163.959 de 23.08.2007 ( UNIV DE CHILE )
I.S.B.N. N° 978-956-310-817-0 de 24.08.2007 ( CAMARA CHILENA DEL LIBRO )

INTRODUCCIÓN

Si esto no es historia, es mi palabra. Lo juro.

Transito pausadamente, a escala humana
por una ciudad que renace
desde sus raíces.

Qué es Santiago, al fin – como todas – sino
una ciudad reinventándose
desde el cemento
que se evapora con el viento y el agua ?

No se trata de soles
ni de sombras.
Ni aun de sequedades
ni desiertos.

No quise
– juro ante mi losa abierta –
hablar de tiempo ni espacio
porque no he muerto todavía.

Este árbol añoso bajo el cual me cobijo es mi testigo.
Mas empero
No quiero hablar de ciudades
Sino de una mujer inconclusa, ausente
reclusa de mi admiración :
S a m i r a
Una mujer de ficción

Una mujer primordial
sin la cual
no habrían emanado estas palabras.

A tiempo no tardío 
A tiempo no tardío
A tiempo en ti la calle
nimia
las rótulas blanquecinas
balanceándose tus ojos
en mi solapa.

Desde esa concepción
en su lluviosa frescura
aprendí el verde de la frontera entre el bosque y el río
entre el monte y el lago
la sabana y el piélago.

Confluí luego desde la altura
a las manzanas en su centro en madera resbalosa.
Y heme aquí
evocando humedales
cuando los años no raían el alma
avizorando lo perdido
lo inconcluso.

Puerto a puerto

Isla contra isla
estuario hacia estuario
océano en océano,
la palabra va navegando.

Así va esta palabra húmeda
hacia el último destino.
A la estación final
donde quedarán truncas muchas cosas,
pero nunca el mar.

En esta isla

desarraigada del fin
desoxigenada hoja en el sueño inconcluso
de algún árbol enclaustrado en la espesura de la nada,
inexistente en el desierto resultante del hombre insensato
de sabias y savias evoluciones de la tierra,
de sábanas y sabanas,
el bosque se dejó mutilar
esperando
que el asesino reaccionara a tiempo.

No puedes evitar ese brazo que emerge de las sombras

que arrancarte quiere el cuello y el tronco.
Esa máscara se esconde detrás del árbol
Y vuélvese campiña
oteando las estrellas, embelesada.

Según las últimas comprobaciones de los observatorios
te yergues
planeta
palabra nova.

Esa voz que quiero escuchar

del mediterráneo entorno
donde no existe la muerte.

Esa voz está vigente.
La arquitectura de los antiguos funcionaba.
La ingeniería de las ciudadelas.
El agua vencía a las fuerzas de la Tierra.

Esa voz duerme en alguna biblioteca,
en algún monasterio o castillo inaccesible.

He perdido la brújula

Esdrújulas y sobreesdrújulas,
violas y violoncelos,
pecíolos y sarmientos.

Gata y loba

bajaron de la montaña
para conseguir alimento.
El tiempo avanza, a veces lento.
Pero no vale para ellas.

Los huracanes son parte de su esencia.
El epicentro de todos los eventos
necesarios hasta el bosque puro
para la selva profunda
hacia la eterna verdad
del animal herido
y hambriento en el tiempo perdido
de su orfandad.

Truenos en la lluvia

Recuerdo bien.
Parte son de la geografía de Colchagua,
de Casablanca, del verde estío de San Carlos,
de Parral húmedo, dolorosamente abierto
y Temuco regado por las lluvias necesarias.
Alguien me dirá
si no son éstas las semillas
para el génesis de la poesía chilena ?
Los habitantes solos

se prodigan después del crepúsculo
sobre el planeta
como aditamento.

Los habitantes solos se sumergen en recuerdos
como llagas en la arena.

Y cuando llegan a ese punto en el Cosmos
es demasiado tarde
para nutrirse del silencio.

En tus párpados de niebla
entreabiertos
En ese punto – absortos –
nos llegó la luna
parte de tu alma al menos.

Sin embargo estuve
querellándome contra el silencio
Y así pasó la tarde
como si nada hubiera muerto.

Una mujer en cuclillas

vendiendo.
Alta
Luego
como pan de azúcar
entre cenizas
eternamente volcada hacia la abundancia
de relámpago en relámpago
desde la selva al desierto
desde la cordillera hasta la playa.

No creo, como dicen , que sea gitana.
Mas bien
auténtica
de procedencia aldeana.

Testamento

Heredo
A mi hijo mayor la pluma
A mi hijo menor el silencio

Verdor

El sur viene sin que yo lo requiera .

Vienen bandurrias.
Toda suerte de pájaros .
Alerces, mañíos…

De otras partes también vienen
pinos, quiscos,
sin que yo los invite .

Con sus ramas, amablemente intrusas, invaden mi ventana .

Bienvenido el verde
vertedero verdor y vertiente .

Alerce

Agenda teñida de alerce y cordero
Pájaro animal emplumado
Una hoja una máscara .

Transcríbeme todo eso
en el sueño
de mi alma enclaustrada cuando escribo.

Veleta

Del aguijón apasionado al vacío frío,
esta veleta, mujer de huracanes
predecibles, me desplaza entre continentes
como si yo fuera huérfano en el viento.

Pobres las ventanas a su paso !
Los cristales cual papeles picados
Como estrellas sobre un cielo despojado.

Esta veleta me lleva y me trae
me sumerge y me entrega en los brazos abiertos de la pobre
armadura de la muerte.

Es decir :
Sólo canto
Me atrevo a decir
que estoy respirando su locura .

Infinito

Cuando se aproxima la muerte,
vuelvo a escuchar cantos de delfines y ballenas.

Aunque los cantos rumorosos me tienen sin cuidado.

Cuando la muerte te sorprende,
todo se vuelve nada
y nada es infinito.

Una colombina en Providencia

acá de Los Andes
allá del Amazonas
inmigración divina de la belleza afroamericana.

Sra. Madeleine del 501

Con esa estatura propia de usted
Con esa distinción
Con ese señorío, a los 80 años
saliendo a fumar a la terraza .

Sra. Madeleine :
Es de esperar que no la tramiten demasiado
en los Servicios Públicos.

Sra. Madeleine :
Dónde queda el Golfo de Penas ?

Las bellotas de John Lennon

En Concepción, año 1971, barrio universitario,
debí dejar a cambio de los cisnes negros
una canción de John Lennon .

Esa semilla se echa de menos ahora que estamos lejos.

( Nuestro héroe envió en esa oportunidad, en plena guerra fría, a todos los estadistas del mundo, una bellota para declarar la paz )

Á g o r a

Pudo haber sido el equilibrio de la mano sobre el cuerpo
cuando te dibujé desnuda.

Pudo haber sido el equilibrio en la estratósfera
cuando los planetas se alineaban contigo.

Pudo haber sido el equilibrio de los filósofos griegos
cuando preconizaban la guerra y la plaza,
la educación.
los mejores ejemplos de un espacio
eliminado ahora por los planos reguladores.

Más vale estar cerca de la playa
y ojalá
lejos del Congreso
y de las parroquias urbanas.

Como si antes no existiera nada

Pues bien, soslayando la espesura de estos paisajes mortecinos
Volví a Río Puelo en mi juventud más audaz
donde aprendí a cabalgar sobre la luna
sobre una yegua sabia
que conocía el camino de regreso.

Ella me contuvo y me llevó
al trote
por las verdes sabanas y me adentró en los bosques
de musgo profundo
como si antes
no existiera nada.

Esta yegua venció a la fuerza de gravedad
sobre quebradas y vertientes
propias de una sinfonía pastoral.

La contestataria
La hija que nunca tuve
He observado tus manos y pies lozanos
Iconos de la belleza pura
Paloma inteligente y grácil.

Deambulas por las vías del alma
sin permiso de circulación
como si el andar fuera gratis.

Qué te has creído ?
Acaso no sabes que la belleza paga impuesto ?
Por el solo hecho de pasar frente a mí cada mañana
estás condenada a sonreír, a saludarme
y tu belleza queda donde mismo.

Esta boca no es mía

En pocas palabras
La otra cara del equilibrado.
El caballero errante, desmesurado y loco
emergió como látigo.

Cayeron los principios básicos de la urbanidad
Y se atrevió a decir :
Esta boca no es mía.
Soy una buena persona.

Averno

Mi cómplice y yo
El dios taciturno y yo
hemos lanzado proclamas y meteoritos
para amenizar el destierro o el desuniverso
sin resultado alguno.

En este espacio tenue
Iluminado de amapolas desmembradas en el viento,
vuelvo a ser el locomóvil infinito.

Lista para el supermercado

Apunto :
Una mujer abierta desde los poros
esenciales
escondida entre dos astros
reposada y regordeta
como un texto de historia universal
poderosa y fragante con tapas de cuero animal
hembra pura
que me deje durmiendo, satisfecho.

Qué más ?

Mantequilla
Queso
Vino
Y pan.

Azalea

Cuando pienso en el ombligo del mundo milenario
pienso en un ombligo chino que habla.

Pero no imagino un ombligo que hable.
Visualizo a una mujer de baja estatura
vestida de negro
su pelo planchado por la nieve
sus pies morados de frío
con una sonrisa abierta a todas las primaveras
sus manos pequeñas y amplio corazón
de calidez absoluta.

Como una princesita antes de la revolución de Mao.

Hablando de diosas infinitas

Se planta frente a mis narices
una dulce provinciana con acento verde
canturrona
susurrando en mis jardines.

Una que otra hoja dispersa por el viento.

Ella lo resume todo
con una delicadeza que enternece.
Organiza papeles que hablan por sí solos
Y los destina al lugar exacto
donde corresponde archivarlos.

( Ojalá pudiera yo hacer lo mismo con mi vida ).

Cómo será posible tanta belleza en una mujer de provincia ?

Estamos hablando de belleza pura
Lineal
Surco recién arado y húmedo
Dispuesto a la semilla sin apuros
Con todo el tiempo del mundo
Lejos de la ciudad contaminada.

Estamos hablando de una mujer campana que tintinea al andar
Se otorga gratuitamente como un parque público a la mañana lozana.
Pero qué digo
No es de mi propiedad
Y no voy a nombrarla.

Para despistar diré que no es santa
Se codea con los pájaros en la madrugada
Y rara vez se queja de la oscuridad
Sólo del cansancio en su trabajo.

Su primer apellido habla de gestas heroicas
Y su nombre se desgrana
como nuez en mi garganta
antes de pronunciarla.

Pero hablemos de otra cosa
Vámonos por las ramas
Alguna vez fue golondrina y se posó en mi ventana.

Forma parte de mi biblioteca
y cuando quiero nombrarla
debo recordar su segundo apellido :
Inmensidad.

Gracias a mujeres como ella
soy lo que soy
Un poeta
Humildemente hablando.

Mi luz no se apaga todavía

y llego para quedarme.
Qué será de ti en mi silencio ?
Qué será de mí en tu recuerdo ?

Estamos desfasados y solos en el tiempo
Oxidados
como una puerta cerrada con los goznes vencidos
Y es mentira
mentira la muerte
Nada de eso es cierto.
Mi luz no se apaga todavía
y he vuelto para quedarme.
He perdido el águila del sombrero
Sólo me queda la serpiente de la sabiduría
Y eso es bueno en mis últimos días
de lucidez en las sombras de la incertidumbre
cuando me vaya.

Calderón
Nocturno breve
Ella se esfumó como sombra entre bambalinas.
Pero no se ha ido del todo.
Estoy seguro.
Sigue cantando a lo lejos
cual sirena chilota en mis vigilias eternas
desde alguna isla olvidada.

El problema es en las mañanas cuando despierto
y no la tengo conmigo
y estoy tan solo como ella
abandonado en la niebla sin poder abrazarla.

El mismo compás, la síncopa cruel
se ocupará de juntarnos
en el breve espacio necesario.

El mezquino espacio virtual perecedero de la música.
Esos crueles conceptos de tiempo y espacio
que inexorablemente han puesto al hombre de rodillas
ante la sabiduría o el aprendizaje
del pequeño dios, el poeta.

Aquí, Dios hace una pausa, o mejor dicho, un calderón
en su condición de director de orquesta
reiniciando el concierto cuando mejor le parezca.
O dictando un silencio
permanente.

Pequeña reflexión desde un bar memorable

Qué hermosa es esta mujer sin maquillaje
tras la Caja de un bar memorable
tapiado de fotografías del siglo pasado.

Mi atención se centra en ella, pintando la tarde
con sus cabellos de trigo.

El poeta tenía razón en venir
a gastar sus codos en estos mesones de madera
de aserraderos del sur.

“ La Unión Chica “
Agosto 2014.

Reminiscencias de un viaje familiar a Valparaíso

Tu sangre y la mía en comunidad tienen un río subterráneo,
secreto amor
que por profundo late calladamente
para explosionar un día,
volcán postergado
o dormir para siempre amordazado.

Mi sangre y la tuya
cómplices de no sé qué circunstancia no vivida.

Sabes de mis dolores
Intuyo tus debilidades
Tu silencio me requiere
El mío te reclama.

Quién sabe si es correcto que mis versos te abracen
como si fueras mía
en el puente
entre tu infancia y la mía, estaciones ferroviarias :
Barón Puerto / Mapocho Río.

Pregón inicial

Al Andalus me aproximo
taconeando
batiendo palmas generosas
arremolinando faldas
apiernando ancas.

Al Andalus añoro
En despliegue de sábanas
blancas o púrpuras
y no encontrarte llana y sonrojada.

Al Andalus con alas
me propago por Españas
portando espada y escudo
de arcángeles sin sotanas.
Bendita suerte condenada.

Gitano soy y me aborrezco
por dejar tierra desolada
esposa yerta
hijos a la deriva
por mi desgracia acorralada.

Al Andalus voy tras gitana
traicionera de amores
mas fiel en tablaos
para armonizar mi desgarro.
Lisonjera,
madrigal en los mercados,
celestina de cahuines ,
fogata de los puertos,
abierta ensenada
para los vientos .

Helena de uvas

Pública carne en el alcohol
Maderamen desarticulado
En el mar del vendaval.

Aparición solemne

Viene subiendo, hacia la terraza , un amable taconear.

En el preciso instante que cambia de pierna,
antes de abordar el próximo escalón,
su mirada detiene el tiempo en la mía
y somos un solo silencio
abrasador.

Desde entonces, puntualmente, le hago guardia
a esa aparición vespertina
en la brumosa tarde de siempre
con la complicidad del sol algunas veces
que se cuela por la caja de luz de la escalera.

Historias de gente que se ha ido.

Ofrenda de luz para los dones

Mirada introspectiva a nuestras revoluciones.
Arriba, liviano ! ¡ Vamos a la batalla !

Todo transcurre entre zarzamoras ad portas de la muerte
Morir es relativo
Vidas cortas
Muertes innecesarias.

Inmaculada concepción
A la sombra del campanil
A horcajadas sobre un cisne.

Avanza el tiempo, regresivamente.

La copa debe vaciarse
para recibir la sangre nueva.

Aprendizaje

Necesario es ir descartando lastre para aumentar altura
tropezando la mañana con el sol en lo más alto
resbalando hasta la playa por el tobogán de arena.

Paciente, el objetivo mantengo.
Huelo el sudor del equilibrio.
Al avanzar sobre el agua, con cada brazada cojo un puñado de universos
adecuando el derrotero.

En el horizonte, un punto de fuga me sirve para concentrar la mirada
y postergar la fatiga.

Desesperanza no tengo. No hay plazos que cumplir.

Heme aquí sobre acantilados con alimento de sobra.
Los meteoritos silban de espanto al cruzar la bóveda.
Mi cabalgadura es cómoda hacia la extremadura al límite
do no es tiempo de constataciones
sino
de constelaciones.

Flanco del niño por venir

Niño,
navega
en líquido placentero.

Engulle espacios
hasta alimentarte un día
de tus propios océanos.

Niño,
hasta la cumbre.

Coge de un plumazo
la maravilla.
Quién respira bajo tus plantas ?

Alguien pregunta por mí

Hago callar cualquier otro silencio
Hasta que yo te diga
Hasta que yo te nombre.

Anaquel

Junto a los libros
comparten repisa unos sobres de sopa
algunos periódicos desvencijados
una que otra revista de proyectos inconclusos.

En el mismo andamio
un paquete de azúcar y una caja de huevos
medicamentos para no perder el juicio.

Junto a la pared blanca sobre el piso de tablas
tirada la ropa sucia
que reciclan mis buenas hermanas.

Debo un monumento en el centro de la plaza
a toda la gente santa.

La glorificación de una calle

radica en la vertiente
que emana de tus pequeños manos y delicados pies.

Esta calle vendría siendo
una glorieta abierta expuesta a mis palabras en esa quietud profunda
cuando sus flancos me enredan a tu sombra
aquella que sabemos nuestra.
Esta calle alada de mueblerías y botellas.

Cómo poder explicarlo :
La delfina rebota sobre el agua
luego de una cabriola
y juega con mis papeles.

Entonces, esta especie de fuego que inflama tu calle
– ya sabemos cual –
fluye, como es natural,
en esta memoria propia de ti que se nombra a sí misma.

Cantábrica

Vienes conmigo
en cada hembra abierta
en la velada epifanía de ti, porte justo,
ahuecada en mi lazo.

Vienes conmigo en cada compás que llevo
contra la probable
madrugada.

Del Mediterráneo

Dulce horizonte que acompasan tus manos
mediterráneas y azules.

Si no hubieras sido
un acento de gracia.

Si no hubieras venido
a mostrarme la Atlántida.

Tu amplio esqueleto
alto a la distancia
escultura de puertos
orfandades de albatros
acunando en tus playas.

El águila y la serpiente

Cuando no queden voces
ocurrirá el milagro de la sabiduría.
El águila sobrevolará en silencio
para camuflarse en el celeste oscuro
Y la serpiente a ras de tierra nos recordará
que humanos somos al fin, anclados al elemento
donde pertenecemos.
Porque no somos etéreos.
Nunca lo hemos sido.
Mas bien
alados a través del tiempo.

Mientras ustedes piensan en este asunto vital,
daré una vuelta por el vecindario.

Están cerrados el comercio y el cementerio
este lánguido domingo
solitario y solo
soledad absoluta
silencio.

Necesito ahogar la tristeza de no ser inmortal.

Quedo callado
y pienso.

Inspiración

Las palabras fluyen a veces como la sangre para seguir viviendo.
Si no escribiera, muerto estaría.
Evoco mi niñez ante las constelaciones.
Gracias a la gracia del Universo estoy vivo.

Íntima relación entre matemática música y poesía

Todo está pauteado para espacios dogmáticos
al ritmo sincopado del universo mono
teista
donde nada se improvisa.

No afirmo ni desconozco que exista un dios.
Sólo sostengo
un orden espontáneo
inevitable.

Una máquina que funciona mal.

Mi intuición –
la virtud que me aproxima a la verdad relativa – me dice
que aún puedo hacer algo antes de partir.

Por ejemplo :
Una escuela para pájaros.

Pero otra voz me replica :
Los pájaros no necesitan nada.
Ellos son libres.
Entonces :
Me dedico a hacer milagros ?
Qué haré el resto de mi vida ?

Pulsar una tecla en el piano de mis hijos
Hacer de cuentas que estoy trabajando
Apoyando la sien con mi mano izquierda
Hasta que amanezca en la otra orilla del río ?

Mantos Blancos

es un lugar en el norte
entre las sales y el cobre
en un entorno de plazas desiertas
con flores de plástico
donde todo pareciera estar muerto.

Fluye como cualquier líquido madrugador
tímidamente tibio
explorador.
Es un lugar de aquellos
que debieran ser recorridos medio siglo después
para quererlos
como merecen los cementerios.

¡ Ay de aquel que osare recordarme que estoy muerto !

.

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