CUANDO NO ESTAS

CUANDO NO ESTÁS
Afuera es la brisa que brama
Como un monstruo
Aullando en mi ventana.

Sin embargo sé que tu voz
Hija mía habrá de derribarla.

Adentro son mis defensas tan bajas
Que hasta un muerto
se reiría de como la melancolía
Me tiene abatido en mi cama.

Sin embargo solo con tu voz
Hija mía; podrás levantarla.

En el medio una multitud de sombras
sin virtud que me señalan
Pero son tan nada
Que ni siquiera mi alma empañan.

Aquí estaremos los dos
Hija mía; para yo poder soportarlas.

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