Cuando las llamas robaron tu alma
Me sigues sabiendo valiente
Me sigues sonando a tierra
Y me sigues llevando al mar…
El día que partiste se me quedó hueco el pecho,
algo hacía falta y no palpitaba más;
tus ojos hicieron los miedos ríos
y la cara se me pinto de blanco.
Que valientes las llamas que de tu cuerpo emanaron
que fortuna de las que hoy rodean tu ser.
Ojalá que bailes en las profundidades donde soñaste
y espero que allá rías más que acá.
El hueco sigue disponible
a veces me lloran las pupilas,
por las noches escucho nombres y tu risa…
tu risa adorna todas las paredes de la casa.
Que oportuno irte en martes,
para que te llore en miércoles,
para extrañarte el jueves
y para desaparecer los viernes.
Me sigues sabiendo valiente,
sigues siendo llamas
y el fuego que en la casa habita…
ha pasado al hueco que hoy aún marchitas
Cuando las llamas robaron tu alma,
el agua tomo mi calma y la hizo mar
el aire tocó tierra y la tierra se volvió sal
cuando el fuego fue nieve:
tu alma se volvió cristal.
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