Una historia.

Creíste verme y te vi,
creí verte y te vi,
o eso creí o creíste.

Sin querer,
pasó sin tener que pasar,
quizá pasó, debía de pasar.

Y tú creíste,
nos vimos y creímos.

Sé que me vistes,
lo sé,
hoy intento recordar que te vi,
lo sé.

Hoy creo que nos vimos,
creo que nos perdimos,
que los vientos soplaron,
y nos perdimos.

Sin querer,
pasó sin tener que pasar.

Pasó y salieron luceros,
que luzcan y crezcan,
entre nuestros caminos sin puertos.

Creíste verme, y te vi,
creí verte y me vistes,
o eso creí o creíste.

A puerto esos luceros azules,
a puertos seguros y eternos,
que tu vientos y mis vientos,
no son empuje para nuestro velero.

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