COMO PERRO QUEDO

Curioso me resulta darme cuenta lo parecido que soy con el perro de aquella puerta. Cualquiera sin dueño y callejero se amarra y aferra al primer indicio de cariño y afecto y su conciencia no lo alerta del cuento que se está repitiendo ya que en lo frágil y culpable que se torna es donde más cándido y alegre se transforma. Con un poco de agua para su garganta y comida para su barriga su lealtad es dominada. “Se siente caliente aquí” piensa el animal mientras que a lo lejos no nota ese un malévolo plan. “Pero, ¿qué pasa?” razona. “Esto ya lo había sentido. Falso, cierto, fue aquella vez, pero prefiero no acordarme de ese ayer. “Prefiero dejarme llevar por las palabras, las carisias y las atenciones, y aunque esto acabe mal se que no me ganaran mis temores. Hare que funcione, hare que mejore y solo ya no estaré viendo el horizonte. El pecho me vuelve a vibrar, la cola vuelvo a menear y siento esto que llaman libertad” Aquí me quedare, ya lo veras, ya todos lo verán, jamás me iré jamás. Por siempre a mi lado se quedará, de su boca no ha salido, pero en su mirada no veo ya maleficio…y ahí fue cuando despierto. Con la arena en los ojos y las espinas en la garganta me digo “Ha, ya, solo un sueño ha sido” Me volví lamentable, me volví notable. Mi instinto me lo decía desde el principio. Tener cuidado si por el camino del sentimiento vas, no todo con lo que te toparas de su alma sincera saldrá el indicio de que también te dijo la verdad, tal vez lo hizo, pero no toda alma lo saca desde su agonizó. Hay una que las colectan ¿sabes? Colectan recuerdos, traumas y temores ajenos que no les importa que tan frágiles se volvieron al sacarlos de su pecho y entregarlos en el camino cuesto. Y a pesar de las penumbras, lo volvería hacer, sí, me subiría a las encumbras y gritaría “Volver a mi sentimiento” porque no hay indicio más humano que volver a ese momento. “¡Ahí va otra! Sera mejora que la abalance, total, como perro quedo al sentirme vulnerable.