Chester y yo

Hola, Chestino
Hola, gatuno
¿Te acuerdas cuando te quedabas con la mirada fija?
Recuerdo ese momento, me asustabas.

No recuerdo cómo te sentía,
solo tengo unas dos fotos; pelaje suave y fino, así se ve.
Recuerdo tu respirar en cada mañana silenciosa;
siempre a mi cama subías.

Amabas el chocolate,
pero yo te lo prohibía.
Aprendí mucho sobre ti,
te volviste mucho para mí. 

Durante mi vida, todos se fueron;
pensé que no se aplicaría eso en ti.
No pasaba por mi mente sobre un fin,
solo disfrutaba el tiempo, gracias a ti.

Es difícil olvidar,
a quien te dio tanto…
tantos momentos para recordar.

Es difícil olvidar nuestro primer día,
el momento exacto que te conocí,
cuando tus ojos verdosos como esmeralda me fijaron,
cuando decidiste confiar en mí.

No busqué ni deseaba,
te encontré en mi ventana.
Creí que te echarías a correr;
te di de comer.

Esa noche, en mi hombro te recostaste,
nadie te conoce, nadie sabía que estabas para mí.
De noche te quedas, de día te vas.
Vuelves, pero no como aquella oportunidad.

Un día, luego otro.
Te quedaste cuando más lo necesitaba,
te fuiste cuando menos lo esperaba.
Una mañana lluviosa,
una mañana nostálgica.

Tu primera foto,
la última vez que ti.
Como un peluche te abracé antes de dormir;
la última vez que sentí tu calidez.

A pesar de tú no estar aquí,
tu corazón y amor estarán para mí.
Seguirás existiendo, seguirás conmigo.
Sí, mientras yo siga por aquí…
recordando tu vivir.

Chester te nombré.
Chester, yo te amé.
Mi pequeño gato negro.
Mi pequeño, nunca te olvidaré.

Related Articles

Responses