¡Ché Estampa de Gloria!

Poema:Jhon Jairo Salinas.

No porque te hayan asesinado se apagó la llamita de la dignidad.
Hoy, más que nunca, tu rayo de luz derrite la infamia, cual dragón esparciendo fuego de gloria libertaria.

Sosteniéndose como el centurión del olimpo, de tus mágicas manos partisanas.
Entre los truenos y los relámpagos de la Sierra Maestra, fluyendo como viento ciclópeo de justicia.

Jamás silenciaron tu voz de gigante, con piel fundida de plomo y sabiduría derrotando granujas de la CIA.

Y no porque te odien,
aunque disimules bajo tierra, sigues siendo un necio…
aunque te escondan
en cementerios, tu voz retumba en bosques y páramos amerindios.

Ché, te encontramos en la lucha furtiva… en la barriada, en las esquinas, en el campo, en la escuela, en el colegio, en la universidad, en la fábrica y en las trincheras de la vida.

Ché, hoy conspiras con el negro, con el mulato, con el indígena, con el campesino, con el mestizo, con el obrero, con la mujer, con el joven y también..
con el niño…

Che, comandante, camarada;
con tu risa de júbilo el tío Sam gime, gime… de rabia
revolcándose en su lecho
de dólares.

Al tío Sam, se le cuaja
la ira en una mueca de terror.
Nicolás, tu gran amigo, escribe este verso en tu honor:

«Y, tu gran cuerpo de metal
sube, se disemina
en las guerrillas, como tábanos, y tu ancho nombre herido por soldados
ilumina la noche americana
como una estrella súbita, caída
en medio de una orgía».

Guevara, tu sigues en las nubes cabalgando en la infinita gloria, con tu sabia
humildad, en la generosidad de tu pueblo, en la lucha estudiantil, en los médicos de tu patria -y la de Martí y de Fidel- exportando el arma más letal, ¡la salud!.

Che Comandante,
hoy brillas en la fina estampa del universo. Estás en la histórica altura del genio de míticos guerreros.

Estás hecho de oro sólido y fundido en el cobre de tu espada libertaria. Y en el más fino diamante.

Che, estás mezclado en la policromía de todas las razas, en espumosa champaña de gloria. En la muchedumbre sedienta de lucha.

Tu voz se conjuga con el canto lírico del Cóndor de los Ándes, y en el rugido del jaguar… en la zafra, en la miel de los besos de los niños latinoamericanos, y en los susurros de bellos cafetales.

Eres esfinge de sangre revolucionaria.
Nunca te derribaron.
Hoy estás vivo en la lucha permanente de tu pueblo latinoamericano.

Che, conmilitante de la vida,
el mundo te sabe de memoria, tu rostro, como ícono del mesías amerindio
Y, tus barbas que claman justicia social.

¡Che! sigues hoy duro como el marfil, serpenteando en la montaña hasta derrocar al tirano.

Firme con tu voz, que ondea en los cañones de la paz.
!!Mande compañero, ordene camarada!!; duro, como fino cristal y fuerte como la roca, pero tierno con su pueblo.

Te vemos cada día como el Ave Fénix;
cada día, como auténtico revoluciónario,
y cada día, en la pureza del niño travieso, como un hombre puro.
Pasas con tu frente en alto e hinchado de gloria, en traje de finos tafiletes.

Dejá que sigan creyendo que éstas dormido…
Entre tanto, con tu camarada y amigo Nicolás, nosotros al unisono también gritamos:

«¡No hay descanso!
¡Salud Guevara!
O, mejor todavía, desde el hondón americano:
Espéranos. Partiremos contigo. Queremos morir para vivir como tu has muerto, para vivir como tu vives, Che Comandante, amigo!».

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