Carta al optimismo y la nostalgia

«Deposito mi fe en la célebre selección natural; en que los más prudentes lograrán mantenerse a flote, y quienes no, que lo lograrán. En que nos volveremos a ver después del caos, a nuestra familia, a quien amamos, a quien tanto extrañamos; que volveremos a cocinar en grupo, a jugar fútbol, a sentir el frío de las madrugadas y la preocupación del que todos lleguemos sanos a casa posterior a una integración.

En que nuestro círculo social será más conciente y atento en relación a la salud y que logrará aceptar que esta se encuentra por encima de la vanidad; que no supera lo que un abrazo, una salida y una buena familia brindan: el amor y el respaldo que todos necesitamos en el fondo» (Daniel Salazar).

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