Carta a X

La nostalgia del ultimo comienzo perdido en la magia del primer otoño
La magia del primer amor escondido en la nostalgia del ultimo verano
Casi había olvidado su forma de caminar, el olor de su perfume y el color de su pelo
Casi no recordaba su rostro por la mañana, sus gestos de emoción y mi sonrisa reflejada en sus ojos
Casi no añoraba bailar con el amor, el susurro de sus palabras y el beso que no sucedió
Casi cruzaba la línea entre cordura y locura, separándome de ella con la certeza de abrazar al fracaso

La ilusión de tiempos prematuros apagados por el dolor de una pasajera noche
El dolor de una herida abierta anestesiado por la ilusión de un rencuentro dulce
Casi no extrañaba la ternura de su mirada, la sencillez de su alma y su forma de ser
Casi no sentía el deseo irresistible de besar sus labios, hablarle al oído y verla como a un ángel
Casi no escuchaba el eco de mi amor, el sonido de su voz y la promesa de que regresaré
Casi no imaginaba el paraíso entre tantos sueños y el día que la volveré a ver

La inocencia de un caloroso sol borrada por la culpa de una violenta tempestad
La culpa de haberla amado pagada por la inocencia de una eterna soledad
Casi no odiaba el destino, las trampas de su mirada y mis errores que la alejaban más y más
Casi no dividía los momentos entre antes y después, la sima de su corazón y la impotencia de alzar mis alas                              Casi no dibujaba su rostro en la arena, los colores de su amor y el juramento de que siempre seré suya                                    Casi no cantaba la misma canción entre las notas de su ausencia y la poesía que intentó definirla

El ruido de un perfecto desastre remplazado por el silencio de una cruel calma
El silencio del final disfrazado en el ruido de una traicionera esperanza
Casi no buscaba su cuerpo en madrugada, mi amistad con el insomnio y su venenosa cercanía
Casi no caminaba sobre remordimientos de cristal, ruinas en llamas y la frialdad de su corazón de
piedra
Casi no robaba trozos de felicidad al recuerdo, estrellas a la noche y agonía a la espera
Casi no vivía entre el llanto del pasado y las cataratas de una nueva vida

Una caricia de la sinceridad manchada por el golpe de las mentiras que habitan en mi ser
Un golpe a la puerta del porvenir sentencio la caricia del ayer
Casi no observaba el tiempo como capitán de mi barco, los contratiempos de su viaje y las olas de aquel octubre
Casi no cubría el corazón con sombras, el río con montañas de hielo y la primavera en nieve
Casi no leía la verdad bajo la luna, mi historia en sus ojos marrones y los versos en los lunares de su piel
Casi no la buscaba entre el crepúsculo de lo que fui y la aurora de lo que seré.


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