Cabeza, corazón

Un calor por tu cuerpo,
por dentro, bajo y rastrero,
lo de fuera, ni te cuento.
Es un quiero y no puedo,
ojos sanguinolentos,
agotados y ciegos.
Lo que veo no es nada bueno,
demasiado sufrimiento,
propio y también ajeno,
es general la injusticia,
avanza la desidia,
cabezas que se desquician.
Duele tener que recordarlo,
otra vez lo estoy pasando,
actos desproporcionados,
palabros envenenados,
dardos en odio untados,
que siguen provocando,
para llevarnos al barro.
Con ganas, van creando el caldo,
a ver si son atacados,
se saben bien respaldados,
son los árboles de siempre,
que en el bosque nos pierden,
y así nos envilecen.
El peligro es muy claro,
pero antes de equivocarnos,
guante suave, puño cerrado,
pueden ser arrinconados,
pueden ser controlados,
sin ataques, razonando.

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