Barcelona

El murmuro de tus pasajes es un imán,
y yo un vampiro sediento de fresca sangre,
así,
dejo este útero como un recién nacido que necesita
apresuradamente venir al mundo,
y al mar,
y al mar.

La joven noche corre por la avenidas,
subiendo desde la costa los cansados pies vacilan,
el vino los enmudece y les retribuye buena parte de lo dado,
solo bebiéndolo podre unirme al vuelo de las aves nocturnas
que del subterráneo salen con furia a
finalmente darles vida a las tentaciones y
fantasías
reprimidas durante el caluroso día,
mi piel también arde.

Hay luces en los balcones de los fantasmas tropicales,
en los cansados y viejos edificios,
el cielo purpura arriba no soporta más el peso de
su llanto y baña con saladas lagrimas a la vida,
la música corre a resguardarse en los bares,
y las notas mas valientes reciben con gozo las aguas
verdes del mar.

Ahora el aroma embriagante del hachís adormece
los parpados sensuales,
una guitarra se escucha en lo profundo de alguna
Carrer,
las risas melosas rompen el silencio de la madrugada,
Barcelona, Barcelona,
esta noche serás mi almohada.

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