Azar
Como la lluvia que no se detiene.
Viene y me compite por abundancia.
La rosa se abre,
tan inefable por su aroma.
En los rayos del alba,
se ilumina tu ausencia
sobre todo;
Con mi corazón herido.
Como aquél roble en el muelle.
La fina silueta
siendo la que es grotesca,
y me lleva al borde del suicidio.
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