Ay, agua!
Ay agua!
Que tan solo con volver a verle,
renace en ti el deseo guardado.
Ay agua!
Que sus ojos son fuego,
que dentro de ellos el vapor te mata.
Ay agua!
Que se acerca y te deslizas por ríos caudalosos,
llenos de verdes cascadas.
Ay agua!
Que su voz te vuelve tibia,
sus palabras temblorosa.
Ay agua!
Que enloqueces, si te abraza,
mantén la calma y no seas brava.
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