Aquel sabor ocre
Acostado, quieto, sin pulso y muerto yace aquel niño quien en su ir y venir se encuentra con la antiquisima devoradora inmortal. Sus frios ojos…
Acostado, quieto, sin pulso y muerto yace aquel niño quien en su ir y venir se encuentra con la antiquisima devoradora inmortal. Sus frios ojos…