Amor que brota de un corazón de miel

Sumergido en un océano de barro
Los peces son ángeles, las algas son cigarros
Dentro de aquél océano, una sirena me sedujo con su encanto
Me hizo besarla con locura, saborear sus labios que si bien parecían limpios, sólo estaban manchados con chocolate blanco
Oh sirena, estoy sintiendo los placeres de la carne
Siento como transformas mi corazón en miel, pero ¿por qué te ríes cuando las abejas vienen a picarme?
Ahí fue cuando me enteré, ella me manchó con miel sólo para que la colmena entera venga
Pero el veneno que me inyectaron pudrió mi corazón, ya no soy objeto para que ella se entretenga
Me encanta como hablaba esa sirena, como se veía
Como cantaba, como reía
Lástima que al vivir en un océano de barro, en toda sirena yace un corazón de tierra en sequía
La sirena se fue con un pez, y dejó a este pobre lobo de mar
Y volvió a hablarle sólo para que su corazón de tierra lograse cicatrizar
Trató de seducirme, le dije que era linda su sonrisa
Le dije que quería hacerla más grande
Tomé un cuchillo y su boca la hice trizas
Un dolor sofocante
Mientras yo tengo el placer de ver como mi navaja la desliza
Y luego le dije «ahora arrancaré tu corazón, pues es preferible ser asesino antes que ladrón para ser tu amante».

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