AMARTE

No soy quién para negar a una margarita marchita

ni para decir “no” a una rosa henchida

cuando la lluvia cae y se salen las lágrimas

y brotan porque nadie juzga

ahí sabemos que algo no va bien

si no, nadie tendría miedo

no temeríamos al “hasta luego”

y ¿quién somos para juzgar?

para opinar sobre las razones por las que

llorar

que cada uno exprese tal como se siente

que lo haga con el temblor ausente

y una vez vencido ese obstáculo

me verás vacía, horripilante  báculo

pensarás que no me importas

de da igual el dolor que compartas

que qué más da

pero te prometo que no he venido a juzgarte

no, llora tranquilo

yo estoy aquí para amarte

OLGA

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