Aires de grandeza

El viento no barre los problemas,
los deja en otra parte
del planeta Tierra.
No sabe, no contesta,
no tiene las respuestas,
no hace promesas.
Para nada es perfecta
esta naturaleza,
ni lo que pasa en el cielo,
ni lo de a ras del suelo.
Podemos entenderla,
y en vez de ser amigos,
queremos someterla.
Se nos va la cabeza
entre la espesa niebla.
La hidra de mil cabezas
nos gana la pelea.
Vivimos dentro de ella,
no al margen, no fuera,
no en una dimensión paralela.
Somos uno con ella,
somos un género humano,
sólo hay un planeta tierra,
al menos, que sepamos.
Mientras, sin darse cuenta,
la mente se aleja,
o eso le parece a ella.
Las respuestas a los problemas,
se encuentran en otro lugar sí,
dentro de nuestras cabezas.
No anda tan escondida,
la preciosa perla.

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