Admiración

Simplemente mirarla genera en mí un sentimiento maravilloso,
siento que es amor,
sin embargo la mayoría de veces que la veo,
mi cuerpo reacciona de otra forma.

Siempre está sentada en su ventana,
mirando hacia las montañas,
por encima de los edificios,
como añorando la libertad,
y no lo dudo,
nunca la he visto salir de su apartamento, ni siquiera de su cuarto,
es semejante a una princesa encerrada en su torre.

Cada mañana me quedo atónito frente a la ventana,
observando como ella se mantiene de pie ante a la suya,
detallando las nubes, las aves, el cielo,
esté azul o nublado,
mientras cubre lentamente su torso desnudo con una holgada franela.

A ella le gusta bailar,
sus movimientos son un espectáculo,
cuando salta parece ser liviana como una pluma,
cayendo muy lentamente al suelo.
He grabado sus danzas,
y siempre intento adivinar qué canción baila;
cuando veo sus vídeos,
siento muy en el fondo que se mueve para mí,
creando en mi interior una excitación tan grande que debo drenar.

Hoy su expresión es inusual,
se ve desesperada y muy triste,
Reviso algunas fotos recientes que le he tomado,
en ninguna se ve como hoy, ella siempre está sonriente.

Ahora mismo está sentada en su ventana,
ríe y de nuevo vuelve a verse triste, agotada;
de repente levanta su cabeza,
y nuestras miradas se encuentran
¡maldita sea! ¡Me descubrió, soy un imbécil!
Pero espera,
acaba de levantar su mano,
me saluda con una sonrisa en su rostro,
estoy confundido
¿No pensará que sólo soy un acosador?
Un pervertido que se masturba viendo sus fotos,
y sus movimientos de caderas.

Me levanto para buscar mis pastillas y un vaso de agua,
y vuelvo a la ventana,
cuando ella me ve,
hace un gesto fácil de entender,
me invita a su apartamento
¿Esto es real?
Me aparto de la ventana, y corro por mis llaves,
en el momento en que trato de abrir la puerta con mis temblorosas manos,
comienzan a sonar sirenas,
ruido, mucho ruido,
escucho personas subiendo las escaleras de mi edificio,
rápidamente y con violencia,
vienen por mí…

Pongo todos mis muebles en la entrada principal para trancarles el paso,
y corrí hacia la ventana, ella está allí,
mirándome con una sonrisa de venganza, y lágrimas en su rostro,
lo siento.

Sonaron los golpes en la puerta,
cuando comenzaron a empujarla,
me encontraba en el borde,
y cuando lograron entrar a mi sucio apartamento,
tapizado de evidencia…
Salté.

Related Articles

Responses