Acrílicos de usted y de todos
Pasados los días, recordamos nuestros dolores y lo único que queda es llorar. Tarde o temprano se escuchará la nueva melodía, cierto es que la locura sana toda la ira y finalmente calla el dócil señor autor de tu nombre. Veneras la ganancia y amas la noche solitaria, Trofeos tuyos que reconoces son tu infierno. Hablabas sobre ganar siendo el señor de todos, unas veces ocultando la única triste realidad: aquella infancia en la tierna remembranza, como en el silencio de tu elocuencia. Darias noches horribles y nubes estresadas, odiando el pasado negro de cadáveres y diablos. Y perderías todo navegando, nunca encontrando sirenas tristes y olvidadas, fervientes ninfas satirizadas como tantas mentiras bien negociadas. Ostentando orgullosamente rostro y perfume nuevo, «dominamos a los que nos ofenden» nos dicen los herederos de jueces cantando entre risas. Entonces la terminaron y nadie trato de racionalizar, ya libre a nadie ofendería sino que dejaría libre, muriendo. Alguien ama mucho estas noches.
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