Abeja sin alas

Tengo el presentimiento de que algo está mal hecho, con pegamento y pavimento no se puede ocultar el mal trecho.
Un día sin fin una abeja salió de su colmena, aplastó árboles con sus grandes patas hechas de palo fino, frágiles como un pabilo. Voló hasta cansarse. Paró al acordarse de que al día siguiente tendría que pararse, a alimentar alimañas tan flacas como ella.
Retomó vuelo un día sin fin, que comenzó quien sabe con que fin, ya no quería alimentarse ni a ella ni a su grupo incansable. Así que insaciable fue a buscar más alimento para sus alimañas, persiguiendo sueños rotos que nunca fueron reales. Una abeja con un sueño roto que paró para cuidar a otros, un recuerdo inolvidable de su noble y pura ala, que ahora está rota tratando de sanarse.
El día sin fin acabó, luchó para que pasara, una mañana sin retorno y una noche sin aviso. Ahí se encontraba, en un nuevo día interminable en busca del sueño inconsolable del ala rota.

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