Tengo el corazón roto.
¿Puede una emoción doler tanto?
Poco a poco voy sanando,
a medida que dejo de recordarlo, de llorarlo.
Un pensamiento me atormenta:
”este no puede ser el final, si estaba por arrancar…”
Necesitamos una segunda oportunidad,
nada se pierde con intentar.
¿Y si esto se puede arreglar?
Voy a probar.
El Sarmiento, línea H, línea E,
ahí estaba él, viviendo una vida en la que ya no participé.
¿Quiero esto? Creo que si.
Finalmente, lo convencí.
Mi corazón vuelve a latir,
hay un nuevo comienzo para mi.
“Hacia Retiro” y “hacia Plaza de los Virreyes”,
dos caminos diferentes.
En el medio, un beso,
Un primer último beso.
Responses