Para esos ojos cansados del amor,
Cuando no hay esperanza,
Cuando no sirve de nada un perdón,
Cuando no hay felicidad, ni existe la cordura,
No sufras vida mía, no mereces vivir entre tanta locura.

Sereno como la madrugada,
El silencio no perdona un mísero segundo,
Si pienso en ti a cada hora,
Rogando, como un pobre vagabundo.

Yo sé que la espera,
Esta vez no valdrá la pena,
Pero esperaré pacientemente,
Un leve atisbo de amor, aunque sea.

Mírame sin perder el combate,
Distraído estoy viendo el viento sobre tu cabello,
Quiéreme sin decirle al silencio,
Ódiame amor, sí, pero a los 4 vientos.

Ódiame con la fuerza de un huracán
No esperaría menos de ti,
Mientras yo solo sea una tormenta que se pierde en el horizonte,
Pero nunca me dejes un solo día vivir,
Sin darme la atención que me corresponde.

A esos ojos fulminantes,
Que esconden un gigante pesar,
Dime de una vez por todas,
Que sientes lo mismo por mí y por nadie más.

Junior Franco. –

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