Dios deja que se lleven a la gente buena, y entonces quedán las familias destruidas, consumidas por culpa de un hijo de la destrucción. Cansado de la vida, cada día es una maldita tortura, es una maldición, algún día despertaré en el lugar de la desesperación para llorar y correr de un lado a otro, escribiendo poemas en una caverna mientras mi cuerpo se convierte en costras y cuernos, en putrefacción.
Dios no va a responder nunca a mi maldita vida que no es más que una ilusión, esperando lo que ya sé que se aproxima, que Dios me crucifique por amor, ya que él decide. Jesucristo.

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