22.- PETICIÓN

Si en mi vida una luz brilló,
no fue la única, ni la que quedó.
Es tan ciega mi vida sin tu luz,
es tan dura sin tu amor,
es tan difícil sin tu apoyo, sin tu valor.

Quien encontrara esa estrella,
que brillara con luz sincera,
que fuera para mí la más completa,
la más buena compañera,
la más bonita, la más entera.

Quien encontrara a la mujer,
que en sueños uno viera.
Una mujer de suave cascada,
de dulce voz aterciopelada,
de pechos juveniles.

Quien encontrara esa mujer,
de caderas redondeadas,
de sexo ardiente y piel caliente,
de piernas largas y torneadas,
por manos divinas bien formada.

Quien será la que mi vida
una a la suya sin dudar,
sin perder ni ganar,
sin tener miedo al qué dirán,
sin ver en mí un ser imperfecto,
ya que ser disminuido de movimiento,
no indica que no pueda ser un hombre perfecto,
que no pueda tener mis sentimientos.

Los tuve, es verdad, en mi comienzo,
pero poco a poco al ir sufriendo,
perdí las ganas de amar,
de decir un te quiero
como un piropo sincero.

Pero sin embargo, siempre mantengo
la cabeza alta, sin remordimiento.
No tengo amor, ni lo quiero
si ella no ve en mí lo primero,
una persona que para amar
siempre está dispuesto,
que para ayudar
siempre tiene el corazón abierto.

¿Por qué tengo que ayudar,
si a mí no me ayudaron primero?
¿Por qué he de escuchar siempre
los problemas que otros quisieron?
y ¿Por qué no escucharon ellos los míos luego?

Por esto y por mucho más
en mi sollozo interno,
yo muero, muero.

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