Tenía siete años y siete sueños.

Tenía siete años y siete sueños.

Tenía siete años y cuatro toritos de vuelos,
cuatro patines con ruedas,
todos fuimos al viento.

Faltó el cielo que estaba, y era trueno.
Estaba la luna, tapada de sueños.

La tormenta dañó vuelos,
que nubes grises cortaron senderos,
que cuatro toritos se espantaron,
cuatro toritos perdieron vuelos.

Hoy se atreven,
a juzgar espantadas,
a contar miedos,
que cuatro toritos perdieron vuelos.

Uniendo palabras,
contaron cuentos,
los sabios tristes y contadores de cuentos.

El alma se desnuda,
oídos que escuchan,
orejas que cambian.

Tenía siete años y siete sueños,
hoy tengo cinco toritos al viento.

Que los cantos secos ya no llegan a huerto,
que cojo fuerzas,
que planto senderos.

Fuera la hiedra seca!

Que mi madre se espanta,
que zurdió noches eternas,
que se estruja hoy sin palabras,
que quería cielos y se perdió en su alma.

Hoy se atreven,
a juzgar espantadas,
a contar miedos,
que cinco toritos perdieron vuelos.

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